viernes, 22 de junio de 2012

La prediabetes podría aumentar el riesgo de ictus

Un equipo de investigadores de la Universidad de California (EE.UU.) ha analizado la relación entre la prediabetes y el riesgo de accidente cerebrovascular, contemplando asimismo otros factores de riesgo cardiovascular, como como el sobrepeso y un estilo de vida poco saludable. Los autores analizaron los resultados de 15 estudios en los que estaban incluidos 760.925 participantes.

Los resultados muestran que la relación entre la prediabetes y el riesgo de ictus cerebral parece depender de la definición de la prediabetes.La prediabetes se define generalmente a través de los niveles de glucosa en ayunas: si oscila entre 70.2 a 100 mg/dL es normal, mientras que un nivel de 100 a 126 mg/dL se considera una señal de prediabetes.

 Los investigadores vieron que la prediabetes, definida en función de las Guías de 1997 de la American Diabetes Association (ADA) - de 110 a 125 mg/dL- se relacionaba con un riesgo de un 21% de accidente cerebrovascular. Sin embargo, en 2003, la ADA redefinió la prediabetes como la glucosa en ayunas de 100 a 125mg/dl y, con estas cifras, menos estrictas, no existía dicho riesgo.

 Los autores concluyen que las personas con prediabetes- con una glucemia en ayunas 110 a 125 mg/dL- tenían un «riesgo moderadamente mayor de accidente cerebrovascular futuro». No obstante, reconocen que aquellos con la definición de la ADA 2003 de (100 a 125 mg/dL) no tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.

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Implicación de la cocaína en la patología vascular cerebral

Un estudio reciente describe la implicación de la cocaína en la patología vascular cerebral en pacientes jóvenes. Se trata de un estudio descriptivo del papel de la cocaína en pacientes con ictus agudo menores de 50 años. Se analizan 18 pacientes con niveles de cocaína positivos en el momento del ingreso y 79 pacientes con niveles negativos (grupo control). Se recogen y analizan distintas variables que definen el perfil de riesgo vascular, características del ictus y morbimortalidad asociada a éstos.
Los resultados que se obtienen son un predominio de varones y mayor proporción de factores de riesgo vascular en el grupo control (55,6% frente a 64,6%). El grupo de consumidores presenta de manera significativa una menor edad media (35,2 ± 8,9 frente a 41,5 ± 7,7 años), mayor consumo de tóxicos (tabaco, alcohol y cannabis), hiperCKemia (27,8% frente a 5,1%) y trastorno psiquiátrico (16,7% frente a 3,8%) (p < 0,05). Predomina el subtipo de ictus isquémico en territorio anterior para ambos grupos. Hay una clara tendencia a la normalidad de las pruebas complementarias, mayor índice de complicaciones (33,3% frente a 15,2%) y mortalidad (11,1% frente a 3,8%) en los consumidores (p > 0,05).
El estudio concluye que la cocaína es un factor de riesgo a tener en cuenta en adultos jóvenes, asociado a ictus a edades más tempranas de lo habitual, con tendencia a la normalidad de las pruebas complementarias y una mayor morbimortalidad hospitalaria. 

Fuente: Revista de Neurología 

sábado, 2 de junio de 2012

¿Hasta qué punto se cumplen las medidas de prevención de factores de riesgo vascular en pacientes con ictus?


Medidas farmacológicas, dietéticas y de estilos de vida para controlar los factores de riesgo son eficaces para prevenir la enfermedad cerebrovascular; sin embargo, su implementación en la clínica no parece óptima. Al respecto, un estudio publicado en Revista de Neurología se ha centrado en identificar el cumplimiento de medidas de prevención en una muestra hospitalaria de 6.197 pacientes hospitalizados con ictus atendidos por neurólogos.
 
Se ha considerado prevención primaria en los pacientes sin antecedentes previos de ataque isquémico transitorio, ictus, enfermedad coronaria o enfermedad arterial periférica; prevención secundaria, en pacientes con antecedentes de enfermedad coronaria o arterial periférica, pero sin antecedentes de enfermedad cerebrovascular; y prevención secundaria neurológica, en pacientes con antecedentes de ataque isquémico transitorio o ictus, independientemente de que hayan presentado enfermedad coronaria o arterial periférica.
 
Se ha determinado que la prevención secundaria y secundaria neurológica es más eficaz que la prevención primaria, siendo superior el control en los centros con algún tipo de estructura asistencial para la atención de los pacientes con ictus. El estudio confirma el mal control de los factores de riesgo cerebrovascular y concluye que los objetivos que implican la modificación de los estilos de vida se cumplimentan peor que las medidas preventivas farmacológicas. 

Fuente: Revista de Neurología