Hoy entrevistamos a Tomás Sobrino, investigador del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, al que agradecemos su tiempo y atención.
1.- ¿En qué tipos de terapias se centra actualmente la investigación
experimental en el ictus isquémico? ¿Cuáles están dando mejores resultados?
Los síntomas del ictus (pérdida de
fuerza en la mitad del cuerpo, dificultad para hablar o entender, pérdida parcial
de la visión y vértigo, entre otros) aparecen de forma brusca. Sin embargo, ha
de transcurrir un tiempo hasta que se produce la lesión cerebral por muerte
neuronal. Este tiempo es la "ventana
terapéutica neuroprotectora", en la que los neurólogos deben evitar la
muerte neuronal en la parte del cerebro donde se produjo el infarto cerebral.
En gran medida, la investigación experimental se centra en la búsqueda de
nuevos neuroprotectores capaces de limitar la muerte neuronal. A
pesar de la alta incidencia del ictus, su tratamiento, está reducido a la mera
recanalización de los vasos obstruidos con fibrinolíticos como el t-PA
(activador del plasminógeno tisular), un tratamiento que, aunque efectivo, sólo
es aplicable al 5% de los pacientes.
Otra rama de investigación experimental en
el infarto cerebral se centra en la búsqueda de nuevos recanalizadores más
seguros y eficaces que el t-PA. Es más, la tendencia es al desarrollo de
dispositivos de recanalización mecánica para retirar in situ el trombo que origina
el infarto cerebral.
Fuera de la fase aguda de la enfermedad, la estrategia
terapéutica se enfoca en potenciar los mecanismos de neurorreparación y plasticidad cerebral. Debido a ello, la terapia
celular y la potenciación de los mecanismos endógenos asociados a la
neurorreparación constituyen una posible nueva vía terapéutica en la isquemia
cerebral en la que se centran las grandes esperanzas para un tratamiento futuro
del ictus isquémico.
2.- ¿Cómo cree que será el tratamiento del ictus isquémico en el futuro?
Como he
mencionado anteriormente, el tratamiento futuro del ictus isquémico será una
combinación de los 3 grandes enfoques terapéuticos, que se adaptarán de forma
individualizada a cada paciente:
-
Empleo
de recanalización farmacológica y/o mecánica para restaurar el flujo sanguíneo
cerebral lo más pronto posible con el objetivo de limitar el daño ocasionado
por una obstrucción de una arteria del cerebro.
-
Empleo de fármacos
neuroprotectores encaminados a proteger la muerte neuronal o a limitar el daño
de reperfusión que se origina cuando se recanaliza una arteria.
-
Empleo de la terapia celular con células
madre y o factores de crecimiento para la potenciación de los mecanismos
endógenos asociados a la neurorreparación. En este sentido, la rehabilitación
es de suma importancia para la recuperación funcional del paciente. De hecho,
estudios recientes demuestran que la rehabilitación física es uno de los
factores más importantes que potencian los mecanismos endógenos de
neurorreparación.
3.- Además del tratamiento médico-farmacológico en las fases más agudas del
ictus, ¿en qué medida contribuye una rehabilitación posterior a la buena
recuperación?
La
rehabilitación contribuye enormemente a la recuperación funcional del paciente.
Los pacientes que reciben un programa de rehabilitación se recuperan mejor y
más rápidamente. Sin embargo, paradójicamente es la gran olvidada en el
tratamiento del ictus isquémico, posiblemente por su elevado coste y su escasa
implementación en los servicios hospitalarios.
Hola a todos.
ResponderEliminarAunque tengo este blog enlazado desde el mío(http://ictus2009.blogspot.com.es/), no recuerdo haber comentado nunca aquí, lo cual no es significativo pues bien podría ser que sí lo hubiera hecho y no lo recuerde.
Agradecería al administrador de este blog que incluyera un enlace a mi blog desde aquí.
No se si a vosotros os sucede lo mismo de que no es que olvides algo sino que simplemente, en el momento de hacerlo no pusiste suficiente atención y por eso no lo recuerdas. Es decir, que no es un problema de memoria sino de falta de atención: No es que me haya olvidado de qué desayuné esta mañana, sino simplemente, que no me he dado cuenta de lo que estaba desayunando.
Un abrazo.
Santiago Alcobé