Medidas
farmacológicas, dietéticas y de estilos de vida para controlar los factores de
riesgo son eficaces para prevenir la enfermedad cerebrovascular; sin embargo,
su implementación en la clínica no parece óptima. Al respecto, un estudio
publicado en Revista de
Neurología se ha centrado en identificar el cumplimiento de medidas
de prevención en una muestra hospitalaria de 6.197 pacientes hospitalizados con
ictus atendidos por neurólogos.
Se
ha considerado prevención primaria en los pacientes sin antecedentes previos de
ataque isquémico transitorio, ictus, enfermedad coronaria o enfermedad arterial
periférica; prevención secundaria, en pacientes con antecedentes de enfermedad
coronaria o arterial periférica, pero sin antecedentes de enfermedad
cerebrovascular; y prevención secundaria neurológica, en pacientes con antecedentes de
ataque isquémico transitorio o ictus, independientemente de que hayan
presentado enfermedad coronaria o arterial periférica.
Se
ha determinado que la prevención secundaria y secundaria neurológica es más
eficaz que la prevención primaria, siendo superior el control en los centros con algún tipo
de estructura asistencial para la atención de los pacientes con ictus. El estudio
confirma el mal control de los factores de riesgo cerebrovascular y concluye
que los objetivos que implican la modificación de los estilos de vida se
cumplimentan peor que las medidas preventivas farmacológicas.
Fuente: Revista de Neurología