jueves, 17 de noviembre de 2011

Preguntas al científico...


Hoy entrevistamos a Tomás Sobrino, investigador del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, al que agradecemos su tiempo y atención.
 
1.- ¿En qué tipos de terapias se centra actualmente la investigación experimental en el ictus isquémico? ¿Cuáles están dando mejores resultados?

Los síntomas del ictus (pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, dificultad para hablar o entender, pérdida parcial de la visión y vértigo, entre otros) aparecen de forma brusca. Sin embargo, ha de transcurrir un tiempo hasta que se produce la lesión cerebral por muerte neuronal. Este tiempo es la "ventana terapéutica neuroprotectora", en la que los neurólogos deben evitar la muerte neuronal en la parte del cerebro donde se produjo el infarto cerebral. En gran medida, la investigación experimental se centra en la búsqueda de nuevos neuroprotectores capaces de limitar la muerte neuronal. A pesar de la alta incidencia del ictus, su tratamiento, está reducido a la mera recanalización de los vasos obstruidos con fibrinolíticos como el t-PA (activador del plasminógeno tisular), un tratamiento que, aunque efectivo, sólo es aplicable al 5% de los pacientes. 
Otra rama de investigación experimental en el infarto cerebral se centra en la búsqueda de nuevos recanalizadores más seguros y eficaces que el t-PA. Es más, la tendencia es al desarrollo de dispositivos de recanalización mecánica para retirar in situ el trombo que origina el infarto cerebral. 
Fuera de la fase aguda de la enfermedad, la estrategia terapéutica se enfoca en potenciar los mecanismos de neurorreparación y plasticidad cerebral. Debido a ello, la terapia celular y la potenciación de los mecanismos endógenos asociados a la neurorreparación constituyen una posible nueva vía terapéutica en la isquemia cerebral en la que se centran las grandes esperanzas para un tratamiento futuro del ictus isquémico. 


2.- ¿Cómo cree que será el tratamiento del ictus isquémico en el futuro?

Como he mencionado anteriormente, el tratamiento futuro del ictus isquémico será una combinación de los 3 grandes enfoques terapéuticos, que se adaptarán de forma individualizada a cada paciente:
-          Empleo de recanalización farmacológica y/o mecánica para restaurar el flujo sanguíneo cerebral lo más pronto posible con el objetivo de limitar el daño ocasionado por una obstrucción de una arteria del cerebro.
-          Empleo de fármacos neuroprotectores encaminados a proteger la muerte neuronal o a limitar el daño de reperfusión que se origina cuando se recanaliza una arteria.
-          Empleo de la terapia celular con células madre y o factores de crecimiento para la potenciación de los mecanismos endógenos asociados a la neurorreparación. En este sentido, la rehabilitación es de suma importancia para la recuperación funcional del paciente. De hecho, estudios recientes demuestran que la rehabilitación física es uno de los factores más importantes que potencian los mecanismos endógenos de neurorreparación. 

3.- Además del tratamiento médico-farmacológico en las fases más agudas del ictus, ¿en qué medida contribuye una rehabilitación posterior a la buena recuperación?

La rehabilitación contribuye enormemente a la recuperación funcional del paciente. Los pacientes que reciben un programa de rehabilitación se recuperan mejor y más rápidamente. Sin embargo, paradójicamente es la gran olvidada en el tratamiento del ictus isquémico, posiblemente por su elevado coste y su escasa implementación en los servicios hospitalarios.


1 comentario:

  1. Hola a todos.
    Aunque tengo este blog enlazado desde el mío(http://ictus2009.blogspot.com.es/), no recuerdo haber comentado nunca aquí, lo cual no es significativo pues bien podría ser que sí lo hubiera hecho y no lo recuerde.
    Agradecería al administrador de este blog que incluyera un enlace a mi blog desde aquí.
    No se si a vosotros os sucede lo mismo de que no es que olvides algo sino que simplemente, en el momento de hacerlo no pusiste suficiente atención y por eso no lo recuerdas. Es decir, que no es un problema de memoria sino de falta de atención: No es que me haya olvidado de qué desayuné esta mañana, sino simplemente, que no me he dado cuenta de lo que estaba desayunando.
    Un abrazo.
    Santiago Alcobé

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